Meet Me in Madrid
Madrid, where to begin?
You were the last stop in our 12-day trek of Spain. If I’m being honest, when we arrived, we weren’t feeling the greatest. Slightly hungover, recovering from colds, exhausted. But! The sun was out when we got off the train, and this was warming… I hadn’t seen the sun in a few days. It was like a call to rally
We checked in at our hotel then started exploring at your Plaza Mayor, enjoyed tapas and wine (shocker), then visited The San Miguel Market; landing at the La Almudena Cathedral: simply stunning and deeply meaningful
I didn’t know what to expect when we saw the flamenco dance at Tablao Flamenco 1911, but it wasn’t that. Flamenco has an intensity to it which conveys pure passion, such deeply held emotions. I was just watching the dance, but could feel it. It seemed like the dancers embodied and exuded love, sadness, despair, joy, grief – it was incredibly beautiful to watch. I cried and didn’t know why; several audience members were dabbing their eyes
La abacería del príncipe offered friendly and engaging service + yummy food. One of my favorite things about our trip was all the kind-hearted people we met on the way. We met a friend who kindly bought us all tickets to see a jazz trio the following night at Café Central. Perfecto. I am a magnet for music and this was especially true in Madrid
Laura and I decided to close our last day in Madrid with some pampering… I’m ready to go back to the Hammam – such a luxurious experience
Your iconic Florida Park… I had never been to a club like this… sequin-clad dancers and confetti busting from the ceiling. It is hard for me to find words that describe the energy… I would say, if there’s a rhythm to the night, it’s felt at the Florida Park. I had so much fun. And, I found confetti in my boots later; still giggling about that ~
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Madrid, ¿por dónde empezar?
Fuiste la última parada de nuestro viaje de 12 días por España. Si soy honesta, cuando llegamos, no nos sentíamos muy bien. Con un poco de resaca, recuperándonos de resfriados, agotados. ¡Pero! Al bajar del tren, el sol estaba fuera, y esto fue reconfortante... No había visto el sol en unos días. Fue como una llamada a reanimarse.
Nos registramos en nuestro hotel y empezamos a explorar en tu Plaza Mayor, disfrutamos tapas y vino (¡qué sorpresa!), luego visitamos el Mercado de San Miguel; terminando en la Catedral de La Almudena: simplemente impresionante y profundamente significativa.
No sabía qué esperar cuando vimos el baile flamenco en el Tablao Flamenco 1911, pero no era eso. El flamenco tiene una intensidad que transmite pura pasión, emociones profundamente sentidas. Solo estaba viendo el baile, pero podía sentirlo. Parecía que los bailarines encarnaban y exudaban amor, tristeza, desesperación, alegría, pena; fue increíblemente hermoso de ver. Lloré sin saber por qué; varios miembros de la audiencia se secaban los ojos.
La abacería del Príncipe nos ofreció un servicio amable y acogedor, además de comida deliciosa. Una de mis cosas favoritas del viaje fue toda la gente de buen corazón que conocimos en el camino. Conocimos a un amigo que amablemente nos compró entradas para ver un trío de jazz la noche siguiente en Café Central. Perfecto. Soy un imán para la música, y esto fue especialmente cierto en Madrid.
Laura y yo decidimos cerrar nuestro último día en Madrid con un poco de mimos… Estoy lista para volver al Hammam; fue una experiencia de lujo.
Tu icónico Florida Park… Nunca había estado en un club como este... bailarines vestidos de lentejuelas y confeti explotando desde el techo. Me cuesta encontrar palabras que describan la energía… diría que, si hay un ritmo en la noche, se siente en Florida Park. Me divertí muchísimo. Y encontré confeti en mis botas más tarde esa noche; todavía me río de eso...
